Domingo en tus brazos

Que día aquel que estuve en tus brazos

Hipnotizada, sangre roja y salvaje

Recuerda tus largos besos

Estuve en aprendizaje

De no vivir siempre con la tentación de tus caricias

¡Bendita delicia!

Y al rato demente…

Tu fiel compañero

Le ayudaste a mi mente

A entrar en razón

Insultos y heridas

No me cerraron tu corazón

Entonces me viste dormir inquieta

Me cuidaste de no hacerme ninguna grieta

Allí tranquilo estuvo el amor presente

Y yo volví de estar ausente

Siempre a tus brazos regreso

Poco a poco progreso

Aprendo a confiar en lo que es tangible

Y veo lo sublime

amor indescriptible

inefable gallardo se esgrime

Radha Lybica

Placer y dolor

De mi boca sale un ahogado grito

Alma desgarrada lo devela

Contenida en un pecho marchito

Y te recuerdo como quien sueña…

Como es posible que el amor duela

un pésame sea aquello que debería ser bonito

Tus ojos chinos…

Sabios, que se tornan achispados con tu risa

Tu bigote altanero perfila tus labios gruesos

Que me encanta beberme aprisa

Y sin pensarlo me entrego

A tu calma y tu pereza

A  tus enormes abrazos

Caigo en el juego

De la seducción y la impaciencia

Por querer ser tu momentánea pertenencia

Ya no soy tu sueño

Ya no soy aquella lejana muñeca de cristal

Que no conocías…

Tú no eres mi dueño

Y la sabiduría me dice que yo tampoco soy la tuya

Como herida llena de sal

Así siento la entrega total

Con dolor y lágrimas

Que se desplazan por mi cara clara y sonriente

Pureza de espíritu me invade,

Pero no sé si es placer que a este se añade

Una pizca de angustia y desazón

Por no ser tu dueña mi amor

Radha Lybica

El devenir de la ira y la tristeza...

Letargo y cruel tristeza
la sensación de vacío sólida regresa
altanera me reta
y me inunda de pereza
me distrae de mi meta
A mí, indolente tigresa
que vagabunda se entrega al desmán

Sí, yo, como iracunda bestia
enjaulada, aburrida y rabiosa;
se deja llevar por la molestia
y colabora con una mente ociosa

Pero voy a la sombra del árbol...
el árbol del sosiego y de la paz
entonces guardo mis garras
y disfruto con regocijo los rayos del sol
que dejan pasar sus hojas y ramas

Miro el atardecer cálido
y el arrebato se agota
se va a un mundo árido
del que ya no formo parte
mi pecho se expande
y de dicha explota.

Radha Lybica

Calavera

Algo alegre y chabacano

A esta escritora no le sale

La cultura del mexicano

Que todo le vale

El mexicano de todo se ríe

Todo es una broma

Para todo sonríe

Pero la muerte se asoma

Nos ve de cerca la pelona

Y no nos importa

Ni a la llorona

Ni al que mal se porta

A ese despiadado ratero

Que nos ha dado lata

Ya sabíamos eras mal agüero

En este país de la plata

Pero ten en cuenta grosero

A todos nos lleva la pelona que canta

Radha Lybica

Depresión, aburrimiento y esperanza

Al estado de ánimo

Hombros hundidos y omóplatos salientes...
pecho desgarrado
corazón esperanzado
agarrada a la esperanza con uñas y dientes...

Cosas de la vida
vueltas da cual molino o rehilete
ya no se me olvida
ese movimiento vital
ya no soy títere ni juguete

Aburrimiento que aturde y no complace
pero... lo prefiero
prefiero el tedio a la ebriedad fantasiosa
que haragana y pretenciosa yace
sí, sí yace, yace tendida apoderada de mi mente, cuerpo y espíritu, desvergonzada
hace lo que le place
pero ya no, ya no la dejo
entonces aparece mi amigo aburrimiento
y deja fruncido mi entrecejo
pero lo prefiero, me comenta ese nuevo discernimiento

La depresión, esa vieja conocida
la que hunde mis hombros
la que compite con la esperanza
pero llega la fe que crece, más fuerte que mi amiga esperanza muy querida
a veces esta última tan delgada como un hilo suave...
Pero crece, más y más para convertirse en una fe valiente y poderosa
oraciones la nutren y combaten a mi mente caprichosa...

Radha Lybica