Letargo y cruel tristeza
la sensación de vacío sólida regresa
altanera me reta
y me inunda de pereza
me distrae de mi meta
A mí, indolente tigresa
que vagabunda se entrega al desmán
Sí, yo, como iracunda bestia
enjaulada, aburrida y rabiosa;
se deja llevar por la molestia
y colabora con una mente ociosa
Pero voy a la sombra del árbol...
el árbol del sosiego y de la paz
entonces guardo mis garras
y disfruto con regocijo los rayos del sol
que dejan pasar sus hojas y ramas
Miro el atardecer cálido
y el arrebato se agota
se va a un mundo árido
del que ya no formo parte
mi pecho se expande
y de dicha explota.
Radha Lybica
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